Shingeki no Kyojin: Historia del minero.

NOTA DE WANDA: Lo pidieron y lo traduje. Es una traducción chafa, pues la hice sin dedicarle una segunda leída o un poco más de trabajo…pero asumo que es suficiente para calmar la curiosidad de muchos sobre la historia del minero. La HISTORIA DEL MINERO sale en el entretiempo del capítulo 25 de Shingeki no Kyojin. No sale en el manga, pero al parecer es canon y aquellos que leyeron el manga podrán encontrarle más sentido que aquellos que no. POR FAVOR NO HACER SPOILERS EN LOS COMENTARIOS.

EL MINERO Y LA MURALLA

Traducción: Wanda

Año 784…

Una noche abrasadora un minero decidió cavar debajo del Muro Sina para así poder vivir al interior de la muralla. “La vida dentro del Muro Sina debe ser buena” Ese pensamiento había venido a él unos días atrás, mientras cavaba con su pala al fondo de una mina de carbón. De cierta manera, podríamos llamarlo inspiración divina. Y así, por los próximos días, buscó por alrededor de la muralla, hasta que finalmente se instaló en un punto donde el denso bosque lo cubría. Nadie podría descubrirlo, los grandes árboles con todas sus hojas lo protegerían a él y a su tarea de los entrometidos ojos de los guardias de arriba.

La noche después, comenzó. Usando su confiable pala, el minero comenzó a cavar. El trabajo marchaba viento en popa, y en poco tiempo, el hoyo era tan hondo como él mismo.  Cuando no pudo más arrojar la tierra fuera de este  la empezó ajuntar en sacos, trepaba una ladera y la botaba. Completamente dedicado a la tarea tomó solo pequeños descansos para beber agua y descansar sus músculos.

Después de pasar 20 años de su vida cavando sin ningún día de descanso, el minero sabía que era un experto en la material. Y después de un tiempo, este aprendió a cavar más profundo, más rápido y más eficientemente que ningún otro. Los túneles que habrían detenido a cualquier minero no eran rival para su pala. Pero ese día fue diferente. Cavó por horas y sin embargo, parecía no avanzar nada. Mientras cavaba, probó por ambos lados del tunel principal, pero nada parecía funcionar. Los pilares del muro parecían nunca acabarse, anclado profundo en la tierra, bloqueando el camino de cada uno de sus giros. Aun así él perseveró.

Cualquier pensamiento de cavar a una vida más fácil dentro del muro Sina pareció quedar en el 0lvido. El minero simplemente quería conquistar el muro

-“Estoy dispuesto a apostar todo el tiempo que he pasado cavando que voy a ganarle a este muro” se dijo sí mismo, limpiando el sudor de su frente.

El hueco era cuatro o cinco veces más grande que la altura del minero cuando se topó con una roca dura.

-“¿Roca sólida?” se preguntó.

Pero parecía ser del mismo material que la base del mismo muro. El minero golpeó su pala contra la piedra. La pala quedó hecha añicos mientras la piedra no tenía ni un rasguño. El minero suspiró, un suspiro tan profundo como el mismo hoyo que había cavado por 20 años.

Frunciendo el entrecejo, su amigo preguntó -«¿El muro?«

-«¿Es extraño, no?» el minero dijo dirigiendo su copa a sus labios. «¿Quién hubiese pensado que el muro fuera tan profundo bajo tierra?«

El par se sentó uno enfrente del otro en una mesa a la espalda del un sórdido bar de la ciudad. Casi todos los días, el minero iba allí con su amigo, su único amigo, después del trabajo.

Ese día, el día después de que trató de cavar debajo del muro, fueron allí como era costumbre luego de un día de trabajo. Allí el minero le contó a su amigo la historia para que su amigo la guardara en secreto.

-“Tal vez estamos rodeados de murallas no solo arriba de la tierra, sino también debajo de ella” dijo el minero. “Dime algo…¿Qué son exactamente los muros?”

Su amigo lo cortó con un tosido, mirando alrededor de la taberna. Los clientes estaban ocupados bebiendo, flirteando con las meseras o gritándose los unos a los otros. Nadie estaba mirándolos. Pero aún así, el minero decidió no decir otra palabra sobre el tema. Si alguien los escuchaba, la Policía Militar estaría sobre ellos en un instante.

– “¿Es qué acaso importa?» -Su amigo le preguntó – “Solo quédate viviendo aquí, como siempre has hecho. Eres pobre pero tienes un trabajo todos los días y suficiente dinero para beber. ¿No es eso suficiente?”

– «Sí,» el minero respondió -«Sí lo es. Iré de regreso a seguir cavando. Al final, esa parece ser mi razón de vida.»

Pero al día siguiente el minero no se presentó al trabajo. No al día siguiente…no el día después de aquel. Su amigo fue a su casa varias veces, pero nunca lo encontró. El minero no tenía familiares, tampoco otro amigo cercano, así que no había nadie a quién preguntarlo a dónde podría haber ido. Inseguro de su accionar, su amigo eventualmente fue a la Gendarmería y les contó la historia. Al día siguiente la Policía Militar y la Gendarmería organizaron una gran búsqueda. Era excesiva para solo un pobre minero, aún si el minero era un criminal que intentaba pasar debajo del muro. Su amigo no podía entender porque estaban tan absortos en encontrarlo. Pero nunca encontraron rastro del minero, ni siquiera el hoyo que cavó. Un día, su amigo también desapareció, para nunca ser visto otra vez.