Kill la Kill

La historia se desarrolla en un instituto (Academia Honnoji) donde los estudiantes tienen uniformes (uniformes goku) que les dan diferentes poderes y habilidades. La presidenta del consejo estudiantil Satsuki Kiryūin impone las reglas por la fuerza. Sin embargo, una estudiante de intercambio llamada Ryuko Matoi se la encuentra en su camino, empuñando una espada de tijera y un uniforme escolar viviente ,mientras lucha por saber la verdad de quien es el asesino de su padre.

Kill la Kill puede ser varias cosas pero lo que no es, casi en ningún momento, es ser aburrido. Después del final de Shingeki no Kyojin el género de acción necesitaba un nuevo retoño que encandilara a los fans de la animación japonesa. Kill la Kill llegó en el momento indicado, listo para ser la nueva experiencia religiosa del mundo otaku, llevando la batuta del género acción que siempre es tan necesaria y aclamada dentro del fandom. Con un cast, y especialmente con una casa productora (Trigger) que hace que varios fanboys tengan orgasmos al solo escuchar su nombre, no era sorpresa que con solo el PV este anime fuera uno de los más esperados de la temporada de Otoño 2013. Y, haciendo gala del mejor de estilos de este puñado de productores #stone metidos en #drogasduras, Kill la Kill llegó para ser la orgía de locura que se nos había prometido

Mi relación con este anime ha sido complicada. Comencé tomándomelo muy en serio, llegando a aturdirme con el despliegue de sin sentidos de una trama que no era más que una montaña rusa de #WTF, en el mejor sentido de la palabra. Pronto superé mi error inicial dejándome inyectar la dosis exacta de esta extraña droga, lo que me permitió seguir una historia en donde el enemigo principal era la biofibra aka. LA ROPA (conjuntamente con una mujer que es la hermana perdida de Lady Gaga). Una trama en donde el mejor amigo de la protagonista, y tal vez uno de los mejores personajes de la serie entera, es un uniforme escolar de marinerita que tiene vida propia y que le permite tener una transformación #mahoushoujo a su portadora, transformación de lo más exuberante y reveladora. Como he leído en varios lador, Trigger ha mezclado en Kill la Kill una serie de elementos de otras obras emblemáticas que estuvieron bajo el techo de una casa tan emblemática como lo es Gainax, no por nada los fundadores y trabajadores de Trigger vienen en su mayoría de este estudio. Porque encontramos desde la locura desbordante que mostró en FLCL, la acción y epicness desbordante de Gurren Lagann o la sobre sexualización de Panty & Stocking, todo bien condensado en un anime que no llega a aburrir. 

He disfrutado el anime, aunque tal vez no con la misma intensidad que muchos de ustedes. Debo confesar que si bien tuvimos momentos espectaculares de material adrenalínico/matanfetamínico, la locura en el que está inmerso (si bien me causo gracia) no termino conquistándome del todo. Tal vez porque este tipo de shonra nunca ha sido lo mío, tal vez porque tengo a Gurren Lagann muy presente en mi organismo y corazón, tal vez porque la protagonista se me haya hecho insufrible en varios momentos importantes o porque no me narcotizo lo suficiente, quién sabe. Kill la Kill me proporcionó esa dosis de locura que me entretuvo en varios capítulos, añadiendo personajes de los más peculiares que nunca podrán ser olvidados por mí (Esos pezones que brillaban o Sanageyama como mi nuevo amor secreto o mi OTP IraMako o Satsuki y sus cuatro fantásticos, etc, etc, etc), pero no puedo decirles que personalmente lo tenga en un alto del pedestal, o lo llame la salvación del anime,  como ya muchos fanboys en el mundo han proclamado.

Trigger, has alcanzado un estilo tan propio y tan impactante que nadie puede quitarte los créditos en este apartado. Es un estilo que no hace más que maximizar el valor de cada anime llevado a cabo por esta casa productora, haciendo que toda escena, por más disparatada o random que sea, alcance niveles de calidad y de disfrute envidiables. No solo en tanto ambientación, diseño o detalles es original, sino que a la hora de la hora, en aquellas orgías de acción y sinsentidos el motion y la fluidez que se alcanza es simplemente impactante.

¿Vamos? De verdad, estamos hablando de cómo una chica que carga la mitad de una tijera para develar el misterio de la muerte de su padre llega a una escuela en donde trajes especiales les dan poderes a los estudiantes de acuerdo a su pertenencia a clubes. Un anime en donde esta adquirirá diferentes poderes al ponerse un traje de colegiala que tiene vida propia y le da una transformación de lo más sugerente y donde hay un profesor que pertenece a un grupo llamado Nudist Beach que se desnuda mientras habla y que pelean contra el poder maligno de la ropa mientras sus pezones brillan #tuntuntuntuuun .  En términos de originalidad, vaya, que se lleva el premio, pero no es la trama más trascendental que uno va a encontrar rondando por allí y no es tampoco la trama que le gusta a toda clase de gente, pero no negaré que me divertí con esto de una manera poco sana.

Hay un buen número de personajes que se verán envueltos en la trama, cada uno más extravagante que el anterior. No entraré mucho en detalle por miedo a que muchos de los que no la han visto sufran de spoiler, pero ningún personaje termina siendo lo que parecía en sus inicios. De esta manera debo confesar que Ryuko se me hizo insufrible, siendo Sengetsu el que tuvo más carisma del dúo. Satsuki terminó siendo mi personaje favorito de lejos y los #EliteFour fueron la cereza del gran pastel. Mako, que comenzó siendo la cosa más estresante de la serie terminó siendo un personaje que me agradó y que participó en varios momentos claves de la historia de una manera que me sorprendió en más de un momento, mientras que los nudistas, si bien no explotaron, siempre fueron bien recibidos. Los malos sí me cansaron, pero bueno, de eso poco o nada puedo decir porque su sola mención arruinaría la diversión de los posibles nuevos espectadores del show. En lineas generales fueron personajes que me divirtieron, que sirvieron perfectamente para llevar la trama, pero que solo me impactaron por su locura y no exactamente por una evolución sustancial de crecimiento personal o de profundidad argumental (excepto Satsuki ¿ya mencioné que la amo?)

El OST llevado por Hiroyuki Sawano fue muy bueno, personalmente considero a Sawano un excelente compositor, el cual creo un gran soundtrack que mezcla muy bien varios géneros musicales. El OST es superb en varios sentidos, es uno de esos OST que considero vale la pena y que logran hacerse notar. Los seiyuus siempre han hecho un excelente trabajo, entonces con respecto a ellos no tengo queja alguna, pero tampoco grandes alabanzas. Es en cambio con los themes principales que he quedado algo insatisfecha. No porque sean malos. «Sirius (シリウス)» de Eir Aoi y  «ambiguous» de GARNiDELiA han sido buenos OP, especialmente el segundo. «Gomen ne, Iiko ja Irarenai. (ごめんね、いいコじゃいられない。)» de Miku Sawai y «Shinsekai Koukyougaku (新世界交響楽)» de Sayonara Ponytail tampoco han sido malos, no me malinterpreten. Sin embargo, siendo un anime como Kill la Kill siempre desee que en este apartado se distinguiera del resto y lograran sacar temas principales para el recuerdo, pero ninguna de las canciones principales, esas que identifican a un anime, lograron alzarse como temas destacables e impactantes. Eso es lo que no me cuadra, y nunca me cuadrará.