Yojou Han Shinwa Taikei

SINOPSIS: La historia de The Tatami Galaxy sigue las aventuras y desventuras de un estudiante de tercer año de universidad, los cuales han estado llenos de infortunios y malos recuerdos, todo lo contrario a lo que el deseaba: Una vida color de rosa donde, tras unirse a un club lograría conocer a una hermosa doncella de larga melena negra con la que viviría una apasionada historia de amor ¿Qué pasaría si hubiera escogido otro club el día del inicio de la universidad? ¿Habría cambiado algo? ¿Sería capaz de vivir el sueño de la vida universitaria?

 Tipo: Serie
 Año: 2010
 Episodios: 11
 Estudio: Madhouse
 Original: Original
 Demografía: –
 Géneros: Misterio, Romance, Psicológico
 Rating: PG-13

Yojouhan Shinwa Taikei, o más conocida por su nombre inglés, The Tatami Galaxy es una obra peculiar (hipster) en todos el sentido de la palabra. Con la dirección de Yuasa Masaaki que tiene bajo su nombre series como Kaiba, Kemonozume o la más reciente Ping Pong The Animation, se saca adelante esta historia creada originalmente por Morimi Tomihiko [Uchouten Kazoku] de la mano de una casa productora que dio la talla, Madhouse. Coincido en algo con varias personas, y es que no es una serie para las masas. Es en realidad una de esas series que pueden aburrir a más de uno en los primeros capítulos, siendo carnada del droppeo instantáneo (cosa de la que nadie puede culparlos), o puede ser de esas series para personas que buscan una historia diferente que la terminarán de ver y probablemente comprenderán lo bien realizada que está en todos los aspectos. Artísticamente la serie es un deleite para los ojos, la historia y los personajes nos muestran una historia original y sólida, con un mensaje interesante, mientras que la música es exquisita.

En solo 11 episodios creo que se ha logrado concretar una buena historia con una propuesta narrativa si bien diferente, acertada. No es una historia que me haya atrapado cada segundo y me haya producido el deseo de insanos de acabarla en el menor tiempo posible. Es una serie que tiene un comienzo lento y con el que uno tiene que batallar para encontrar el ritmo. Lo digo

1. Porque lo atípico rodea la trama desde un inicio, la singularidad de la historia es tanto su punto a favor como su punto en contra.
2. Porque aquí el diálogo sobra, si lo tuyo no son las historias cargadas de este elemento entonces te resultará algo difícil
3. Porque aquel que no sufrió si quiera un poco con los monólogos a velocidad de la luz de Watashi no es humano
4. Finalmente, los primeros 5 episodios repiten el mismo formato y eso puede ser tedioso para más de uno.

Sin embargo, luego de terminarla puedo decirles lo bien realizada que está y lo mucho que la he admirado. Una historia que trata temas reales y concretos narrados de una manera heterodoxa y surrealista, con un lección final excelentemente planteada que hacen del final de la serie una delicia. Efectivamente, uno se pierde un poco al comienzo pero luego resulta encantadora a su manera. Tal vez mi único problema con este anime resulta en que le reconozco más cosas de las que de verdad lograron cautivarme profundamente. Eso no quita que la recomiende, aunque es de esas recomendaciones que haría solo a ciertas personas.

Madhouse se lució con The Tatami Galaxy, de eso no tengo ni la menor duda. Es probablemente uno de esos estudios que no se encasillan en un estilo definido, sino que es capaz de arriesgarse y apoyar propuestas de animación alejadas del común denominador.  La narración visual que tiene este anime es única y la verdad es que he quedado algo enamorada de este estilo. Pese a salirse de lo común (y vamos, a mi lo común me gusta mucho en cuando hablamos de animación) esta propuesta me ha maravillado, desde el uso de los colores y texturas  (que para mí es una delicia visual) hasta el uso de varios recursos narrativos que hacen de esta pieza un manjar de simbolismos bien utilizados. No sé si es correcto llamar al estilo minimalista o simplista, porque tiene momentos en los que se luce a niveles inimaginables, con detalles exquisitos y la mezcla varios recursos. En lineas generales a mí me encantó.

Entrar a la universidad, inscribirse en un club que lo llevara a conocer a una hermosa chica de hermosa cabellera negra y vivir así una hermosa historia de amor era lo único que Watashi (Nuestro narrador, al que conoceremos como Watashi, o ‘Yo’ en japonés) quería al iniciar su esperada vida universitaria. Sin embargo, debido a una serie de eventos y decisiones que este tomará en el transcurso de su vida terminarán arrastrándolo al mismo resultado desafortunado que lo llevará siempre a desear regresar al comienzo de su historia. Así, la serie sigue una narración de múltiples universos que son marcados por las diferentes decisiones que nuestro protagonista tomará para poder conseguir su ansiado sueño, fracasando siempre en el intento.

Sin embargo, pese a que cada capítulo pasa en el mismo espacio de tiempo y pueda a primera vista parecer repetitivo este no lo es. Cada decisión que toma Watashi permite ver diferentes escenarios y conocer más a diferentes personas que lo rodean en su vida. En cada episodio vamos a ver diferentes historias, llevadas como pequeños cuentos donde las diferentes decisiones de Watashi, que van desde a qué club pertenecer o a qué chica dirigir su atención, hacen que su vida siempre termine en un brutal fracaso, en años desperdiciador de su vida universitaria sin amor, gloria, ni nada. Sin embargo, lo más potente de la serie llega cuando nos damos cuenta que en realidad The Tatami Galaxy es más que un compendio de pequeñas bonitas historias particulares. Cuando vemos lo coherente y bien hiladas que están cada una de las historias. Ese momento en que el hipnotizante ED llega a tener tanto sentido.

Esta historia es narrada en primera persona, y por ende vamos a apropiarnos de la historia a través de los ojos y vivencias de nuestro protagonista. Es el personaje central y el nexo que nos une como espectadores a sus historias, con las cuales (especialmente si están viviendo o han vivido la experiencia universitaria) podrás identificarte de alguna u otra manera.  De esta manera vamos a conocer cada uno de los caminos que tomará Watashi, sus decisiones, los motivos que tiene en cada acción, lo que piensa, siente, espera y, con ello, conoceremos también a cada uno de los coloridos personajes que maneja esta propuesta argumental a partir de las interacciones que tienen con él.

Ozu, el amigo del protagonista con cara demoníaca que siempre termina metiéndolo en problemas; el misterioso Higuchi con su cara de pera y su eterno problema como deudor de libros; Jougasaki con su obsesión por una muñeca de tamaño real llamada Kaori; Ryouko, una joven dentista con algunos problemas con el alcohol; la personificación de la feminidad llamada Keiko, la misteriosa anciana adivina y su constante alza de precios; y  Akashi, aquella chica con fobia a las polillas,  poco tacto a la hora de hablar y la dueña de los siempre presentes mochiguman.  Cada uno de los personajes es tratado y profundizado en cada uno de los episodios, y al final no hay duda que terminas encariñándote con ellos. 

Conjuntamente con el apartado artístico, considero que la parte sonora es el segundo mejor elemento de la historia. Creo que debo primero hacer una mención especial al hermosísimo OST con el que esta serie se luce a más no poder. No diré más que «Escúchenlo», pues se los dejo en la parte inferior para que se deleiten. Lo siguiente es decirles que los themes me han gustado «Maigo Inu to Ame no Beat (迷子犬と雨のビート)» de Asian Kung-Fu Generation ha sido un muy buen OP (¿Alguien más sufrió un poco pensando que las cosas lo iban a golpear en la cara?) y «Kamisama no Iutoori (神様のいうとおり)» de Juuji Ishiwatari & Yoshinori Sunahara + Etsuko Yakushimaru me ha fascinado como ED. Finalmente, tengo que mencionar a Asanume Shintaro porque pese a que fue difícil acostumbrarse, su narrativa es parte del sello distintivo de este anime