Baby Steps

Argumento

Maruo Eichiro un estudiante de honor de secundaria que no es del todo feliz con lo que hace, el cual decide que necesita hacer un poco más de ejercicio.  Encuentra un volante de un club de tenis y decide ir a probarlo. Instantáneamente quedará cautivado por este.  Sin ninguna experiencia previa y una condición física pobre, Ei-chan se enrrumba a una travesía  del tenis usando su inteligencia, dedicación y gran ética del trabajo duro.

• Tipo: Serie
• Año: 2014
• Episodios: 25
• Estudio: Studio Pierrot
• Original: Manga
• Demografía: Shounen
• Géneros: Romance, Escuela, Deporte
• Rating: PG-13

Baby Steps es un spokon que se centra en el mundo del tenis, deporte que muchos recordarán tuvo en “Prince of Tennis” su exponente más famoso. Sin embargo, si llegaron a este con la intención de ver algo en la misma línea que aquel famoso anime deportivo (y por famoso no quiero decir exactamente que es «bueno») entonces se hallan en una situación complicada, pues si bien el tenis mueve la historia, ambos animes se encuentran en extremos opuestos de la balanza. Baby Steps, animado por el infame estudio Pierrot, nos trae una historia con los pies bien puestos sobre la tierra. La agradable progresión de la incursión de nuestro protagonista principal— Eiichirou Maruo—en el mundo del tenis viene cargada de un ritmo a veces lento, pero no por ello no entretenido de ver.

De la mano del director Murata Masahiko [GT-GIANT ROBO, Gilgamesh o, para darles algo más conocido, algunos episodios de Naruto] y el compositor  Chiba Katsuhiko [Inuyasha. Mobile Suit Gundam Wing, o Yu-Gi-Oh!], Pierrot #WhyGodWhy anima el manga de Katsuki Hikaru (2007), el cual es publicado por Weekly Shounen Magazine. Con una primera temporada de 25 episodios, el estudio confirmó en lo que canta un gallo la producción de una secuela, cosa que me alegra dado que sin pensármelo tanto probablemente termine viéndola para poder cerrar el círculo de esta agradable historia.

Baby Steps es un spokon que muestra un juego que trata de ser realista, sin power-up, sin tratar la historias de genios en el deporte y sin tanto drama o escenas que produscan taquicardia al desafiar los límites del espacio-tiempo son habilidades casi mágicas. Desde un inicio vamos a ver cómo nuestro protagonista, quien solo se destaca por su fabulosa habilidad para tomar notas de clase, decide hacer un deporte, el cual poco a poco empezará a cautivarlo. No solo finalmente encontrará un hobby del cual disfruta, sino que conocerá también nuevas emociones y personas en un camino lleno de grandes esfuerzos por mejorar. Es una historia agradable, especialmente para aquellos que buscan ver una progresión más lenta y «real» de la incursión de una persona en el mundo deportivo. Personalmente creo que tiene un buen comienzo y un desarrollo, si bien lento y posiblemente no tan memorable, adecuado para entretener a varios. La animación y el apartado técnico no son tal vez lo más destacable, mientras los personajes y la historia tampoco son lo más memorables del género; sin embargo, es una historia muy agradable que va subiendo en intensidad y que terminan mostrando una historia que puede resultar encantadora. Just Believe in Yourself!

Ya varios de ustedes saben qué tan complicada es mi relación con el estudio Pierrot. Algunos podrán decir que soy muy dura con él, que en realidad no lo hace tan mal, y aunque no lo crean, pese a que siempre que me inserto en una de sus historias sabiendo lo que me espera este nunca deja de sorprenderme. Si bien animes como Baby Steps probablemente no requieren de una animación de primer nivel, no sé cómo hace este estudio para lograr tener en mi mente tomas como esta o esta en tantas ocasiones que hasta un ojo tan poco instruido en el tema puede notar. Pierrot nunca ha sido sinónimo de calidad visual (y tampoco de adaptaciones argumentales aceptables), un hecho del que muchos ya nos hemos dado cuenta. No es un anime que tenga una calidad constante, y lo lamentable es que se vuelva notoria para varios. Lo vuelvo a perdonar especialmente por las escenas de tenis, que si bien no son espectaculares, son bastante aceptables y correctas, y los momentos cómicos de Ei-chan (¡Qué muchas veces son encantadores!).

El concepto argumental es lo que más me agrada de este anime. Es agradable ver un anime que tenga un crecimiento progresivo lento pero correcto. El tener a Maruo, un chico nunca interesado en el deporte y que además no muestre signos de ser un gran prodigio en el mismo desde el comienzo de la serie, insertarse poco a poco en este mundo es un planteamiento agradable de ver. Su progresión, de un gusto moderado a un gusto que cambia su vida o de un principiante que con esfuerzos logra mejorar, son dos cosas que hacen este anime encantador. Ei-chan y su lenta incursión al mundo del tenis, su iniciación, sus entrenamientos, sus derrotas y victorias, cómo el deporte va poco a poco cambiando su vida, todo ello es bien llevado y hace de la propuesta una muy buena opción para aquellos más interesados en un apartado más realista. Si bien, y a manera personal, encontré la historia lenta por momentos (Luego de la introducción hubo una cantidad de episodios de mitad de la serie en los que perdí un poco (¿demasiado?) el interés y conexión con la historia) esta por suerte va creciendo, conjuntamente con su protagonista, haciendo que el último arco remontara y captara todo mi interés. Tanto que es muy probable que no me pierda de la segunda temporada, pues se me hace necesario terminar de acompañar a Maruo en su historia con el tenis.

Esta es la historia de Maruo Eiichirou. En cierto modo el tenis es un deporte que es llevado en solitario y que no necesita de trabajo en equipo, cooperación, creación de lazos de confianza o interacción profunda con pares. En este sentido vamos a enfocarnos en la experiencia personal de Maruo y, de esta manera, la serie progresará en relación a sus experiencias y decisiones. Maruo es el móvil y es un personaje agradable, peculiar y digno. Como protagonista siempre logra sorprender, mientras sus peculiaridades (especialmente su esfuerzo por aprender y mejora, además de su gran característica personal, el de tomar notas) logran captar nuestra atención de manera positiva.

Los secundarios son vistos a través de la interacción que estos tienen con el protagonista: interés romántico, amigos de escuela, amigos del club de tenis, rivales, entrenadores, sus padres, entre otros. Son figuras que cumplen su objetivo pero que logramos conocer en tanto Maruo interactua con ellos, viendo algunos pequeños cambios de actitudes y guiños a su pasado con el tenis. Sin embargo, la progresión real de personajes no se da en ellos, dado que en realidad estos no son quienes mueven la historia. Es en gran medida nuestro protagonista quien introduce el desarrollo y quien la historia explota de manera grata.

Todo ha estado correcto pero sin brillar particularmente. «Believe in yourself» de Mao Abe (OP) es la pieza clave dentro del apartado, dado que es probablemente la única que podría recordar luego de un tiempo, ya que si bien «Baby Steps (ベイビーステップ)» de Babyraids (ED) es agradable es una pieza para el rápido olvido. El OST (compuesto por Yoichiro Yoshikawa), por otro lado, tampoco logra calar en mi mente, siento correcto pero nada memorable.  Y, sin mucho preámbulo, también pasa lo mismo con los seiyuu.