Akatsuki no Yona

Yona es la única princesa del reino Kouka, viviendo una vida despreocupada y lujosa, una vida como la que una princesa debería tener. Ella lo tiene todo: las mejores ropas, cosméticos, los dulces más divinos, un emperador amoroso como su padre y a su guapo primo, Soo Won, del que está enamorada. Si solo su guardaespaldas Hak dejara de ser tan molesto y su cabello no fuese tan rojo…

Pero ese tranquilo estilo de vida llega a su fin el día en que una de las personas en las que Yona más confiaba la traiciona. Una traición que hará añicos sus sueños y que la obligará a huir de su propio hogar.

Akatsuki no Yona está basado en el manga del mismo nombre escrito por  Mizuho Kusanagi. Comenzando con grandes dudas de mi parte por tener a Studio Pierrot como estudio de animación encargado de su elaboración, debo confesar que nunca me esperé que el ya conocido estudio ‘Arruina-Obras” pudiera hacer de esta entrega algo decente, he quedado algo desconcertada con mi increíble amor por el resultado. En ese sentido, Kazuhiro Yoneda, ocupando por primera vez el puesto de director pero con participación como director episódico de animes como Code Geass: Lelouch of the Rebellion R2, Aquarion Evol o Tiger & Bunny; conjuntamente con Shinichi Inotsume como compositor y guionista y cuyos trabajos conocidos en este mismo puesto han sido series como Sket Dance, Toaru Hikūshi e no Koiuta o Ristorante Paradiso; lograron sorprenderme gratamente.

Mi primer pensamiento luego de terminar de ver la serie fue “Gracias kamisama por permitirme apreciar un shoujo en formato animado decente después de tanto tiempo.” Y es que Akatsuki no Yona ofrece para el género (claro, en el terreno de la animación) un soplo de aire fresco que tanto había echado de menos. Es un anime que ofrece una trama bastante simple, que tiene esas situaciones románticas y a una protagonista llena de chicos guapos por doquier por azares del destino; sin embargo, es un anime con varios elementos que lo hacen más memorable que nuestro shoujo promedio, ya que tiene un manejo y una propuesta bastante ingeniosos que lograron que mi afecto por la serie fuese creciendo exponencialmente.

Si tuviera que mencionar algo sería que en primer lugar Akatsuki no Yona NO ES un harem reverso, y ello es un dato que cualquiera que no haya visto la serie debe saber. Considero que si bien está rodeada de hombres guapos por doquier, fue un gran alivio saber que el anime no iba a tener el típico desarrollo donde cada espécimen masculino iba a mostrarnos su “ruta” en el juego de “conquista” de una protagonista cuya personalidad compitiera con la de una patata. Akatsuki no Yona tiene una trama bien planteada que concatena la historia de sus protagonistas de una forma interesante y divertida, la cual la hace un anime excelente en el apartado de aventura fantástica y que configura a sus personajes, especialmente a su protagonista (GRACIAS A DIOS tenemos una protagonista decente), como seres bastante agradables en evolución e interacción con sus pares. Una protagonista con una meta más allá de saber con quién diablos se quedará al final del camino, ya que en realidad el tema del romance queda en un segundo plano que en realidad no se concreta nunca. Finalmente, es un anime con un gran componente cómico que se fusiona perfectamente con el toque dramático y  acción-aventura-fantástico, los cuales son el corazón de esta trama y la que la hace verdaderamente disfrutable.

Akatsuki no Yona es una de esas series que se recomiendan con gran satisfacción, especialmente si estás buscando de un shoujo agradable que te haga disfrutar y emocionar no solo por sus escenas románticas (que en realidad son la minoría), sino por su historia y la evolución/química de un grupo de personajes más que carismáticos. Es una historia sencilla, que básicamente sirve de introducción de una historia (de personajes y problemática principal) que tiene para más -y por ello el manga continua en emisión-  que además tiene también alguna que otra deficiencia que señalaré posteriormente; pero que, dentro de todo, termina ofreciendo un excelente material para un entretenimiento asegurado que no se pueden perder.

Pierrot, Pierrot, Pierrot. No sé que decirte. Ustedes saben el poco cariño que le tengo a este estudio y la pena-miedo que siento por aquellos obras que caen en sus garras; sin embargo, con Akatsuki no Yona el apartado artístico ha sido bastante decente en casi todos los aspectos. Si bien creo que Pierrot sigue teniendo sus principales fallos en término de detalles, descuidando escenas o hasta episodios notoriamente, he valorado dos items en cuando a la elaboración de este anime, los cuales voy a resaltar. En primer lugar, quiero agradecer a Maho Yoshikawa por el excelente diseño de personajes que ha logrado brindarnos. Creo que ha hecho un trabajo sorprendente con sus propuestas de dibujo al trasladar a los personajes del manga (que son geniales) al apartado animado y eso es algo que aprecio en demasía. La gran mayoría de éxitos gráficos los han tenido las escenas de primeros planos (especialmente rostros y expresiones faciales) de estos personajes en momentos claves, además de las escenas cómicas que son un hit total.  Y en segundo lugar quiero resaltar la elección de color que se logró, la cual me ha dejado encantada. La paleta de colores vivos que se logran hace al anime bastante agradable de ver, especialmente si consideramos el tipo de anime que es Akatsuki no Yona. Si bien tenemos los problemas de segundos planos que dejan bastante que desear, algunas escenas con una calidad cuestionable y uno que otro detalle notorio para el ojo común, en líneas generales ha sido un anime bastante gratificante de mirar, especialmente si tenemos de antemano en cuenta el estudio que lo tenía en sus manos.

Akatsuki no Yona parte de un planteamiento sencillo y es dentro de esa sencillez que logra crear una historia tan encantadora y sólida. La burbuja dorada donde Yona vivía termina siendo rota por un fatídico hecho que la llevará a salir del palacio donde pasó los momentos más felices de su vida junto con su amigo de infancia, Hak, quien prometerá protegerla como su guardaespaldas hasta los fines de los días. Un adivino le dará una misión, una profecía que la embarcará en la búsqueda de los cuatros dragones legendarios, misión que la embarcará en una travesía llena de alegrías y tristezas donde no solo conocerá mucha gente y la cruel realidad de la gente de a pie que siempre ignoró, sino también tratará de poco a poco buscar su destino y misión de vida.

En esta temporada tenemos básicamente una introducción al problema principal de la protagonista, su drama y las bases de la aventura que seguiremos. Primero hay un arco donde se nos narran el trágico hecho que la llevó a huir a Yona y Hak, su caída en picada y su salida poco a poco del trauma que le ocasionaron los hechos que le tocó vivir. Esto desemboca en la profecía del «monje-oráculo», quien le dará un objetivo a su viaje, uno envuelto en elementos fantásticos y mitológicos: La búsqueda de los cuatro dragones. Cada uno de ellos tiene un propio arco (Gotta catch em all!), y son estas presentaciones lo que finalmente hacen al anime más entretenido, dado que la personalidad de cada uno de ellos le da al grupo y a la historia más colorido. Sin embargo, todos estos capítulos son meramente una base de una historia que no llega siquiera a plantear un claro panorama u objetivo concreto (no existe nudo, clímax o desenlace, lo que nos deja con miles de interrogantes). La serie termina con una gran interrogante ¿Qué quiere verdaderamente Yona? ¿Qué va a hacer luego de reunir a los cuatro dragones legendarios? ¿Qué va a pasar con el reino y con el sujeto que no debe ser nombrado? En este sentido, es un excelente planteamiento inicial que nos deja queriendo más frente a un final sumamente abierto. Esta historia necesita de una segunda temporada, que de darse tendría que dar un tiempo al manga para que este pueda proporcionar material de adaptación decente. Crucemos los dedos.

El grupo principal es un encanto. Todos conforman un grupo tan colorido y entrañable que es imposible no verlos sin sonreír. Los personajes principales por excelencia son Yona y, en cierta menor medida y eso es algo que me encanta, Hak. Yona resplandece como protagonista y eso es algo que asombra. Es triste pero la realidad del anime es que los roles femeninos principales, especialmente (y paradójicamente) en los de demografía shoujo, son una lástima. Yona, si bien no les diré que es perfecta, por que no lo es, termina teniendo una evolución bastante bien armada que la hace una figura femenina fuerte en la trama. Pocas veces podemos ver un avance de una protagonista que termine siendo eso, el rol principal de la serie, ese individuo que no necesite de todos los hombres que la rodean para hacer cosas geniales. Que no sea ella la que termina siendo deslumbrada por un hombre, sino que en su fortaleza sea ella quien deslumbre a todo aquel que la ve.

Por otro lado, Hak, el rol masculino principal de la trama es un caso bastante complejo. El eterno guardaespaldas enamorado desde tiempos inmemoriales de la protagonista que por razones más allá de él, termina simplemente teniendo que mirar desde la distancia al objeto de su aprecio. El sufrimiento de Hak y todo el rollo emocional que lleva dentro (porque vamos, Yona no es la única afectada por lo sucedido, muchos nos olvidamos que Hak también debe haber sufrido tanto o más que Yona con el hecho) sale a flote de vez en cuando en su lucha por mantener su distancia con la princesa [Sufro contigo Hak]. Mientras que los dragones, cada uno más encantador que el anterior. KiJa, Shin-Ah, Jae-Ha y Zeno, cada uno con su particularidad le da la pizca perfecta al grupo para lograr la mezcla explosiva que son en pantalla. Y como olvidar a Yoon y a la awesome ardilla (sí, la ardilla)

¿Qué creo que le quita puntos a todo esto? La gran mayoría podrá odiar a Soo-Won por lo que hizo pero es en realidad todo un personaje. Es en realidad uno de los personajes mejores planteados y con mayor potencial de la serie por el misterio que envuelve sus acciones. Si bien tuvimos ciertos episodios dedicados a él (bastante aislados a decir verdad), el gran vacío de la serie se encuentra en su historia y en su desarrollo como un personaje que, díganse verdades, es el motor de la historia y probablemente el que ofrezca más complejidad argumental a la trama. Sí, aunque no lo crea, considero que necesitábamos más Soo Won y fue un personaje que extrañé mucho, pese a que los demás me deslumbraran. (Bueno, no hablemos de la falta de presencia de Zeno tampoco)

Las miradas del apartado sonoro se las llevan los temas principales. En relación a los OP tenemos el eterno debate que separa a quienes se quedan con la tranquila pieza musical más de acorde con el ambiente que trataba de reflejar la serie, «Akatsuki no Yona (暁のヨナ)» de Kunihiko Ryo; y los que por el contrario terminaron amando el segundo OP, «Akatsuki no Hana (暁の華)» de Cyntia por el ambiente más ¿vibrante? que proporcionó. Aunque, creo que son los ED los que se llevaron mi corazón. «Yoru (夜)» de vistlip  es una pieza que me parece perfecta en todos los sentidos de la palabra, mientras que «Akatsuki (暁)» de Akiko Shikata es también una canción hermosa que definitivamente tiene la esencia del anime puesta sobre sus hombros. El OST me deja con un sabor agridulce en la boca, principalmente porque cada pieza me parece hermosa, pero en realidad ha quedado tan diluida en la trama que cuesta mencionarlo o acordarse de él. Eso sí, escúchenlo, es bastante lindo. Las voces por otro lado, han sido excelentes, como era de esperarse si vemos la trayectoria de varios de los seiyuu que conforman el staff (Saito Chiwa, Maeno Tomoaki, Okamoto Nobuhiko, Susawe Junichi, Morita Masakazu, entre otros)

Una historia sólida y sumamente entretenida que tiene un encanto total. Una protagonista femenina (como pocas) que se gana mi admiración pues es eso: Una protagonista y no una damisela en peligro o una chica enamorada más. Los dragones. Hak …DIABLOS, ¡HAK!

Un inicio algo tambaleante pero lleguen a cuando se unen los dragones y no se arrepentirán. Que todo termina en la mejor parte.