Akagami no Shirayuki-hime

• Tipo: Serie
• Año: 2015
• Episodios: 12
• Estudio: Bones
• Origen: Manga
• Demografía: Shoujo
• Géneros: Romance
• Rating: PG-13

Luego de mucho tiempo Bones se animó a traernos un anime dentro de la demografía shoujo. Dentro de la misma nos había traído ya a Jyu Oh Sei y la exitosa Ouran High School, ambas estrenadas en el año 2006; no obstante, es un estudio que se caracteriza y resalta especialmente por exponentes dentro de la demografía shounen y seinen. De esta manera, fue una sorpresa enterarnos que Bones se había animado a ser el estudio de animación que adaptara el conocido manga del mismo nombre escrito por Sorata Akiduki: Akagami no Shirayuki-hime. Para esto llamó a un staff con nombres bastante sonados,  Masahiro Ando [Sword of the Stranger, Zetsuen no Tempest, Canaan] para ocupar el cargo de director, Deko Akao [Arakawa Under the Bridge, Noragami] como compositora, en la música a la conocida Michiru Oshima [(The) Tatami Galaxy (TV), FMA, Zetsuen no Tempest], a Kumiko Takahashi [Ouran High School Host Club, Card Captor Sakura] en el diseños de personajes o a Erika Okazaki [Escenarios en Fate/Zero, Accel World, RDG] como directora de animación.

¿Por qué menciono todos estos nombres? Porque creo que el verlos describe bien la calidad de producción que este anime ha tenido. Akagami no Shirayuki-hime es un anime bonito que te entra por los ojos como un pequeño bálsamo que cura todas las atrocidades que puede haber visto en la temporada en términos técnicos. La ambientación que tiene es hermosa, no solo un bonito manejo de los escenarios y animación en general, sino que también lo bien usado que está el OST de Michiru Oshima hacen que este anime tenga un valor de producción que muchos otros envidiarían. Y, en este sentido, quiero precisar que es esta la razón principal que me hizo terminar de ver el anime y tal vez me lleve a ver su segunda temporada ya anunciada (Este anime anunció desde su estreno que estaría dividido en dos partes y la siguiente se estrenará en la temporada de invierno 2016): El postulado es que este anime es «bonito» con ganas.

Sin embargo, aparte de este valor productivo, Akagami no Shirayuki-hime resultó para mí un anime bastante soso (sin gracia). Capítulo a capítulo no logré vincularme realmente con los personajes, especialmente con los principales, debido sus personalidades lineales y planas que rodeaban al cliché extremo. El aburrimiento fue un sentimiento presente en gran parte del anime, no se los voy a negar. La historia se me hacía lenta y sin un móvil a la vista que verdaderamente captara mi interés, por lo que estuve a punto de abandonarla en reiteradas oportunidades. Sin embargo, si bien la historia NUNCA llegó a captar mi interés y se me hizo cansina al extremo, la atmósfera y la forma en que se llevaron algunas escenas me emocionaban. Y, no, no me emocionaban porque me interesara la pareja principal en lo más mínimo, sino porque la dirección de estas era tan bonita (La calidad de animación, el detalle, movimiento, colores, música) que me dejaba sonriendo como boba.

De esta manera Akagami no Shirayuki-hime tiene una propuesta argumental bastante plana y sencilla que, siguiendo los parámetros del shoujo clásico –  Disney-escos – que termina no resaltando mucho. Los personajes no son memorables, las problemáticas de  los mismos son parametradas y predecibles, no llegando a crear por ello ninguna vinculación con la pareja principal -o personajes en general- o interés de sus historias a futuro conmigo como televidente. Por ello, el no esperar mucho de la trama y personajes resulta un consejo, especialmente si eres una vieja amargada con años leyendo y viendo shoujo como yo. Sin embargo, tiene un valor productivo hermoso, el cual te hace no despegar la vista y disfrutar del ambiente de manera pausada, pues tiene algunas escenas visualmente encantadoras. PD: Al final encontré mi móvil para seguir viendo esto: ObixShirayuki.

El fuerte de Akagami no Shiruki-hime recae en su apartado técnico, entre ello su animación. Hay varios elementos que me han dejado con una sonrisa bobalicona en el rostros, y es divertido porque es una reacción que debió generar la pareja principal….Y no los escenarios, por ejemplo. La Ambientación de esta serie fue deslumbrante para mis ojos, todos los elementos calzaban de tal manera que era un placer observarla: El color vivo, la escenografía – tanto del paisaje natural en donde se desarrollaron gran parte de las aventuras de los personajes como de la escenificación del reino de Clarines en tanto a elementos de arquitectura (Amaba el castillo #True)-, el diseño de personajes y, especialmente, sus diferentes vestuarios. Todos se mezclaban perfectamente para brindar un detalle de mundo interesante que cautivaba. Si bien es cierto que en términos de movimiento la linealidad no fue 100% perfecta, Bones se luce con un puesta en escena de niveles superiores a la media por mucho la cual es en su mayoría homogénea. En este sentido, es en la puesta en escena que se logra captar el interés del espectador, el cual no tiene más que admitir que es un anime «bonito».

¿Puede esto sustentar el sostenimiento de tu interés por el anime? Depende de qué tanto estés dispuesto a privilegiar este indicador por sobre un disfrute argumental. Personalmente, debo confesar que terminé de ver esta serie por lo bien llevado de ciertas escenas a nivel técnico, pese a que argumentalmente me importará un rábano. Las escenas «dokidoki» de la pareja principal eran de una calidad A-1, me emocionaba ver la dirección y la forma en que se plasmaba y no tanto en el hecho que me interesara verdaderamente la pareja. Lograr esto me parece interesante. Si bien muchos no privilegian este factor por sobre el fondo, para mí el apartado técnico es igual de importante y una variable que sí tomo en cuenta en tanto condiciona en gran medida mi disfrute e interés.

Akagami no Shirayuki-hime (Blancanieves con Cabello Rojo) cuenta la historia de Shirayuki, una chica pueblerina dedicada a elaborar medicinas caceras con hierbas medicinales, la cual resalta entre la multitud por su singular cabello rojo. Debido a esta característica el príncipe de su reino se encapricha con ella y quiere hacerla su concubina. Shirayuki, no estando dispuesta a perder su libertad y terminar siendo la mujer de un sujeto que ni conoce ni aprecia, decide huir de su pueblo y cortar sus largos cabellos rojos. En su proceso de huida se encontrará con Zen, el príncipe del un reino vecino, quien la ayudará a salir de ese lío. Luego de una serie de eventos, Shirayuki decidirá ir junto a Zen y sus acompañantes al reino de Clarines, reino en el que decidirá trabajar como herborista real.

La línea argumental de este anime es sencilla y sin mucho altos o bajos. Es plana y lineal, siendo por ello una trama que no resulta ser mala pero tampoco termina por cautivarte nunca. Shirayuki tiene como meta ser mejor herborista tanto por ella misma como también para ser alguien que pueda apoyar a Zen, ser digna de estar a su lado. Y en realidad la serie va a centrar su atención en cómo la chica se va a enfrentar a diferentes situaciones derivadas tanto de la atención que tiene por su peculiar color de cabello como por la relación cercana que tiene con el príncipe del reino. A esto se va a sumar atención a cómo Zen va a interactuar con esta chica, la cual ha capturado  su interés tanto por su carácter independiente y luchador contra las vicisitudes que le ha tocado pasar, como también por cómo esta lo trata como amigo pese a ser este el príncipe del reino (típico).

En líneas generales es un anime que no tiene ningún desenvolvimiento impactante, sorpresas en la trama, acción o aventura que marque arcos en la trama, reflexiones sobre temas trascendentales o propuestas que generen un interés por saber el desenlace de una historia, la cual además parece avanzar a pasos de tortuga. Es una historia pausada, simple, predecible, bastante apegada a un formato de fantasía de cuento de hada de princesas que ya hemos visto innumerables veces y que no posee gran impacto. En este sentido, es recomendable para personas que estén dispuestos a disfrutar más de una clase de propuesta plana, sin altibajos, orientada a un formato donde la protagonista va a terminar envuelta en alguno que otro pequeño problema que tratará de resolver por sí misma, haciendo que el interés del príncipe por ella y por protegerla aumente, desencadenando escenas entre ambos.

Y pese a que la historia es bastante plana, esta pudo explotar si lograba una vinculación del público para con los personajes. Lamentablemente, no lo logró. Es exactamente en este punto en el que más decepción me llevo con la serie, especialmente en el desarrollo de los personajes principales. Shirayuki como protagonista no logra vincular, haciendo que poco o nada te interese animarla en su recorrido hacia ¿convertirse una excelente herborista? ¿Ser digna de estar al lado de Zen? Es la chica linda, inocente, decidida, trabajadora, honrada, aquella con varias problemas gracias a su singular cabello, pero que logra salir adelante con su perseverancia y nobleza de corazón …. Un personaje totalmente perfecto que tiene pocos matices que me hagan si quiera querer apoyarla en su objetivo final u enredo amoroso, o que me vincule a ella como protagonista. Es gracioso porque mis capítulos favoritos se encuentran en aquellos donde Shirayuki está ausente, pues poco o nada me logra aportar/emocionar su presencia. Por otro lado, Zen es el típico príncipe perfecto. El segundo heredero al trono, algo rebelde en cuanto a escaparse de sus deberes y pasear por su reino, pero con un sentido del deber y justicia para con su pueblo tremendo. Con el trauma de que la gente no lo trate o quiera de corazón por su estatus dentro de la sociedad y experiencias de traición vivida durante su infancia, este encuentra en la también «perfecta» Shirayuki a una chica que cautiva su interés. Los personajes principales son tan perfectos para mi gusto que no tienen matices importantes que  lograran realmente involucrarme con su historia o emocionarme realmente por algo, más allá de lo bellamente dirigidas que estaban sus escenas.

Por otro lado, dentro de los secundarios es donde encuentro mayor interés pero tal vez por la falta de desarrollo que estos tienen finalmente poco logran aportar. Tenemos a Mitsuhide y Kiki, ayudantes de Zen, y de quienes no sabemos mucho pero que siempre van en la ayuda y apoyo del príncipe y la chica pelirroja cuando algún problema se desata. A Obi, un misterioso sujeto que termina también siendo parte del grupo de Zen, teniendo el encargo especial de cuidar a Shirayuki (Debo admitir que es finalmente por él que veré la segunda temporada). Y, dentro de aquellos personajes más esporádicos pero presentes y relevantes para la trama, me interesaría señalar a Izana, el hermano mayor de Zen, debido a su personalidad y su forma de concebir cómo ser un rey, el cual tiene un interés por la formación de Zen como príncipe y dudas sobre cómo Shirayuki pueda o no contribuir con esto. Finalmente también podríamos mencionar a Gazelt y Ryuu, quienes comparten tiempo con Shirayuki debido a su pertenencia a la congregación de herboristas reales. Sin embargo, son personajes de fondo (algunos más que otros) que tampoco llegan a resaltar del todo (Excepto Obi). Espero tener más de ellos en la continuación, especialmente de los dos elementos que prometen contribuir a la trama (Obi e Izana).

El tema principal – el OP- de la serie es «Yasashii Kibou (やさしい希望)» de Saori Hayami (Seiyuu de Shirayuki), mientras que el ED es «Kizuna ni Nosete (絆にのせて)» de eyelis. Ambos temas son agradables al oído, dulces y encantadores como el ambiente que trata de expresar la serie, acompañados por uan propuesta visual de excelente nivel.  Mas también creo que son poco memorables melódicamente, lo que los hace al igual que la serie misma lindos pero sin llegar nunca a niveles de grandilocuencia.  Probablemente el apartado sonoro que más me ha conmovido es el OST del que goza la serie, que dentro de los parámetros y personalidad del argumento, no solo ha sido hermoso, sino que también ha sido excelentemente utilizado en momentos precisos. Si hay algo que admiro en cuanto al OST no es tanto qué tan grandioso sea como producto, sino también cómo es que logra involucrarse con todos los demás elementos para aportar en lo que el espectador siente cuando mira el anime. El OST de Michiru Oshima es eso, no solo es lindo, sino que también han sabido dónde ponerlo y hacer que se mezcle perfectamente con las escenas, contribuyendo y aumentando el disfrute – comunicando y haciendo sentir al espectador. Finalmente, quiero también resaltar el excelente trabajo de los seiyuus, creo que ha sido un gran reparto. Saori Hayami particularmente me ha agradado bastante y nunca dejaré de mencionar qué tan enamorada ando de Osaka Ryota.

Diablos, ¡Qué es un anime bonito! Visualmente Akagami Shirayuki-hime te deslumbra. La dirección de varias escenas, con una animación de primer nivel y un OST bastante agradable, hacen que el show te hipnotice. Mientras menos te lo espera el anime terminó y tu ni enterado. Te terminas preguntando como abandonas algunos animes y pese a que este te aburrió te lo viste completo y hasta te animarás a ver la siguiente temporada anunciada.

Aburrido. Sí. El ritmo de la serie es tan pausado y sin altos o bajos que termina por ser soporífero en varios momentos. La poca vinculación que uno tiene por la pareja principal hacen que la historia termine por no interesarte mucho. Y esto es porque es una pareja que parece tan perfecta que aturde.