Reseña | Angolmois: Genkou Kassenki

Kuchii Jinzaburou es un samurái que, junto a otro guerreros, tratará de defender Japón impidiendo la primera invasión del Imperio Mongol en 1274.

- Tipo: Serie
- Año: 2018
- Episodios: 12
- Estudio: NAZ
- Fuente: Manga
- Demografía: –
- Géneros: Acción, Drama, Histórico, Militar, Samurai
- Rating: PG-13

Si hay un género que a-m-o es el histórico, especialmente el relato histórico oriental. ¿Por qué? Porque sé tan poco de él que ando frustrada con el poco contacto que como «occidentales» tenemos con esta gran parte de la historia de la humanidad. Me muero lentamente al saber que en el colegio no aprendí nada sobre la guerra de unificación de China – la cual me parece épica a más no poder – o si quiera exploramos más en la expansión mongola. Al final, es occidente quien nos explica su historia y – cuando así lo demanda la narrativa – la historia oriental (reinterpretada a través de los ojos occidentales). Ante ello, debo confesar que me llama poderosamente la atención el drama histórico oriental elaborado por orientales.
Sin desviarme mucho del tema, Angolmois se presentó como una propuesta de drama bélico histórico el cual retrataba un episodio que – como era de esperar – poco conocía:
La primera invasión mongola a tierras nipponas.

Luego de someter a Corea y convertirse en el emperador de China, Kublai Kan – nieto de Gengis Kan – se trazó como objetivo ser el primero en conquistar de Japón. Luego de un largo intento diplomático por parte del Khan por logra una relación con Japón (anexarlo a su ya extenso dominio) a través de varias cartas que fueron ignoradas por el gobierno del país del sol naciente, el ultimátum llegó y la amenaza de ser sometidos mediante una invasión se consolidó. Tardarían seis años los mongoles en conseguir la flota necesaria para la campaña militar, cuando en 1274, por primera vez, sus barcos llegaron a Tsushima – una pequeña isla ubicada en el canal oriental del estrecho de Corea, entre Japón y el continente asiático.
La realidad era sombría para la población japonesa, pues los invasores – 15.000 soldados mongoles y chinos, además de 8.000 soldados coreanos – estaban a bordo de 300 navíos y entre 450 a 500 embarcaciones, listos para comenzar una carnicería sobre una pequeña isla de poco más de 708 kilómetros cuadrados y de menos de 40.000 personas, la cual solo contaba con un pequeño y reducido número de guerreros locales para su defensa. Pese a haberse preparado desde la recepción de la primera carta del Khan, Japón se iba a enfrentar a una de las más grandes fuerzas militares de la época y , luego de un largo periodo de paz interna, su ejército no contaba con la experiencia a gran escala que su contrincante sí tenía. Por ello, los primeros sangrientos resultados no fueron sorpresa.
Luego de estas incursiones en Tsushima e Iki, en donde se narran terribles episodios de masacre por parte de los historiadores japoneses, los mongoles decidieron intentar desembarcar en Kyushu, en la bahía de Hakata. Es en este momento que la leyenda del Kamikaze (Dios del viento) se instaura, dado que al caer la noche durante la Batalla de Bun’ei, un tifón obligó a una retirada de los mongoles. Esta tormenta acabó con 200 barcos mongoles y, aquellos que quedaron junto a la costa, fueron abordados por los samurais japoneses, quienes lograron repeler el ataque; frustrando así el primer intento de invasión mongola.
Fuentes: 1 / 2 / 3 / 4 / 5
Angolmois, basado en un manga del mismo nombre, narra el primer capítulo de esta primera intento de invasión mongola : su paso por la isla Tsushima. Si bien creo que la ficción bélica basadas en hechos históricos pueden salir adelante bastante bien, Angolmois NO es un ejemplo para el género. Y no lo digo solamente por el pobre nivel visual, pues animes como Kingdom logran, con solo una excelente propuesta argumental y planteamiento de personajes, ser uno de los mejores animes que he visto del género pese a sufrir de un CGI que da cáncer ocular. Lo digo por el terrible planteados que están los personajes (la principal falencia de este anime) y la poca inteligencia en la dirección para sacar adelante escenas de acción y drama que lleguen a emocionar.
Si hay algo que me gusta de una propuesta histórica y bélica es:
- La cualidad de lo épico y heroico en los personajes y sus objetivos. Sí confieso que me conmueven estas batallas gloriosas y sacrificadas que los protagonistas gestan para alcanzar inmortalidad histórica o para proteger aquello que aman. Por ello, el desarrollo de personajes es tan importante en esta clase de historias y también la dirección de las batallas (estratégica y emotivamente) – son elementos claves en estas propuestas. Llegar al clímax de la batalla implica una construcción narrativa y de personajes precisa.
- La solidez del “antagonista”. Si hay algo que me hace disfrutar realmente de una historia en donde el enfrentamiento bélico será un punto clave, es mi deseo conocer al bando contrario. Si bien la consolidación del bando protagonista es importante, el antagonista tiene que tener fondo y una historia también. No necesito villanos pintorescos que sirvan solo para proveer a la historia de momentos de gloria para los protagonistas, sino personajes con contenido que también me haga estar comprometida con sus motivaciones.
Debo decirles que Angolmois carece de ambos elementos. Los personajes resultan planos y, los pocos que han tenido cierto desarrollo carecen de historias interesantes que ayuden a darles complejidad o hasta una humanidad necesaria para formar vínculos con su historia. Esta falencia ocasiona que el ambiente bélico pierda el interés del espectador, que las batallas no logren emocionar y que las pocas relaciones de amor/enemistad/amistad que se forman no causen en el espectador interés alguno. Pese al drama que se narra, lo lamentable es que no llegué a sentir nada por los personajes.
Animes como Kingdom o películas como Sword of the Stranger son los perfectos ejemplos de cómo se construyen personajes – tanto amigos como enemigos – y narran aventuras históricas. A su lado, Algolmois está pobremente escrita y dirigida. Si buscan narraciones de acción y aventura histórica creo que hay mejores opciones en el repertorio. Arslan Senki, Drifter o Nobunaga Concerto me parecen productos satisfactorios, dentro de sus limitaciones, cumpliendo el objetivo de entretener. Angolmois pierde el encanto muy rápido y termina por brindar un giro trágico que no llega a conmover. Si bien es interesante que se lleven elementos históricos a la pantalla, pues ayudan a conocer más sobre la historia de esta parte del globo terráqueo, una ficción desarrollada y construida de manera pobre termina solo por apenar a los amantes de un género que no suele abundar en las carteleras.


También puedes ver: Kingdom / Arslan Senki / Nobunaga Concerto

no es que esperara mucho de ella pero a la final fue una serie bastante decepcionante, lastima ya que con esa premisa daba para algo bueno, pero entre el poco tiempo de exposición de los personajes, especialmente los villanos, la historia medio acelerada, ese feo filtro visual que se les antojo de colocarle para que el anime tuviera un aspecto como de papiro antiguo, y el final donde les da por matar a mansalva a todo el mundo como diciendo «joder se nos acaba el tiempo y aun hay demasiada gente viva», entre otras cosas mas le echo para abajo
en fin, sera esperar a tener mejor suerte para a proxima serie de este estilo
como siempre excelente reseña, saludos 🙂
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El filtro visual fue doloroso y ni hablar del final. Lo peor es que pese a lo trágico, poco me importó debido a lo mal desarrollado de los personajes..
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