Detroit Metal City

• Tipo: OVA
• Año: 2008
• Episodios: 12
• Estudio: Studio 4°C
• Origen: Manga
• Demografía: Seinen
• Géneros: Comedia, Música
• Rating: R – 17+

Bajo el manto del Studio 4°C y con el conocido director Hiroshi Nagahama (director de la aclamada Mushi-shi y la no tan convencional Aku no Hana) detrás,  Detroit Metal City – el popular manga escrito por Wakasugi, Kiminori (2005-2010) – llegó a nosotros el 2008 en doce episodios de trece minutos cada uno en formato OVA. Con buenas críticas detrás, DMC nos ofrece una travesía rápida y bien laborada de un humor «bizarre et noir«. Me atrevo a comenzar primero por las advertencias del caso, pues si considero que la inserción satisfactoria de varios va a estar condicionada a 1) La suceptibilidad que uno tenga para el humor negro, subido de tono, grosero y vulgar 2) Qué tanto uno pueda captar las referencias musicales que este contiene y que, de darse uno cuenta, resultarán bastante amenas, ingeniosas y divertidas. En este sentido, DMC me parece un anime bien logrado pero que no recomendaría a cualquier persona, pues si bien yo misma lo encuentro sólido no es que me haya reído a carcajada limpia en todas las partes por igual (Hay algunas escenas que me tuvieron retorciéndome en mi cama de la risa y otras que lograron ser muy grotescas para mí, de tal manera que era difícil saber si reír o no). Sin embargo, si estás más que interesado en este tipo de humor o quieres poder ver un exponente del mismo para ver qué onda, entonces esta es una de las mejores opciones que tendrás

Si logras pasar por por el primer episodio y todo bien, no te arrepentirás de ver los siguientes 11 episodios de un tirón, ya que lo valen completamente. Es un anime corto que sirve para pasar el rato. No es nada denso pero tiene propuestas discursivas interesantes, no es que tenga la mejor propuesta técnica que puedas observar pero la animación y dirección peculiar está muy bien consolidada, es una comedia que no es para todos pero hacer cada una de las situaciones por las que pasa Soichi van a ser una carcajada asegurada. DCM es un anime de comedia madura y negra de primera, uno de los mejores que andan rondando por allí y que, siendo tan corto y tan bien hecho, creo que es ciertamente un pecado no darle una oportunidad. Si bien no es aquel anime por el que me desviva o un anime que logre explotar todo aquello que plantea, logra posicionarse dentro de sus géneros como un material imperdible. Solo me queda gritar ¡KRAUSER-SAMA!

PD: Gracias a Mishusina del blog «La Madriguera de Mishusina» por darme ese último empujón a ver este anime que tenía pendiente desde hace tiempo. Su reseña es mil veces mejor que esta, A-1 Total, así que los animo a leerla para mayor detalle y para tener una opinión más eleborada. [Reseña de Mishu-cchi]

DMC estuvo a cargo del estudio de animación Studio 4°C, estudio encargados de crear alguno de los cortos para Animatrix, la película Mind Game o los cortos de Ani*Kuri15, entre otros. Podrá no ser la elección artística que guste a la gran mayoría, en tanto no sigue el común denominador, pero me parece una elección precisa para la historia, sin mencionar que es una animación que capta muy bien las propuestas visuales de la obra original de una manera correcta. La elección de dirección es peculiar pero divertida, siendo la narración de la historia bastante interesante visualmente hablando. Si bien creo que en un inicio la propuesta puede agarrar a cualquier incauto desprevenido, y pese a que personalmente me descolocó un poco en sus inicios, poco a poco uno le va agarrando el gusto.  Para un show que se basa en la comedia la animación y dirección fueron correctos, teniendo expresiones geniales, escenas maestras y la elección de estilos de animación adecuada. Por ejemplo, si bien en su mayoría el estilo de animación tiende a ser caricaturesco y «desprolijo» (por llamarlo de alguna manera, pues en realidad un anime con una calidad de animación escelente), hay escenas – especialmente en las presentaciones en vivo – en las que uno se queda con la boca abierta.

Liderada por «el terrorista del infierno» Johannes Krauser II, en la guitarra y la voz, y acompañado por la indestructible batería de Camus y el bajo de Jagi, Detroir Metal City es la banda revelación del death metal, la cual cosecha más y más fans día tras día. ¿Cuál es el problema? Detrás de ese espeso maquillaje se esconden unos curiosos personajes a los que ni siquiera les gusta realmente lo que hacen. Por un lado Jaggi es en realidad Wada, un sujeto que  sueña con tocar glam rock; Camus es Nishida, un otaku con debilidad por el curry y los vídeos NSFW videos; mientras que Krauser es nada menos que Soichi Negishi, un tímido y alegre chico que sueña con cantar felices canciones pop que, pese a todo, parece no saber cómo escapar de las garras de su alter-ego y de la misma industria.

DMC es un anime bastante bien logrado, el cual logra hacerte reír con ese humor negra que maneja y sorprenderte de la mejor manera con pequeños detalles y referencias de lo más divertidas. Cada episodio está dividido en situaciones puntuales a las que Soichi se verá enfrentado debido a su situación tan peculiar. Debido a que se averguenza de su «yo en el escenario», Soichi se verá siempre conflictuado a esconder su verdadera identidad, tanto de aquellas personas que lo conocen como el dulce chico de campo o con sus más fervientes fans que esperan que sea el mismísimo anti-cristo (Krauser-sama!). Definitivamente, DMC no es solo un conjunto de buenas situaciones cómicas, sino también tiene varios temas interesantes para la reflexión.

El conflicto interno del mismo Soichi, el cual siempre se disputa entre abandonar la banda y seguir un sueño que parece no llevarlo a nada bueno, y no defraudar a los fans de aquel personaje que el mismo ha creado con gran habilidad y que, muy en el fondo, parece no querer tampoco abandonar dado que es parte de él y expresión de una parte oscura dentro de sí. Entre otras cosas, la crítica a la industria de la música, la cual lo arrastra hasta lo impensable para lograr más y más fama, haciendo que sus fans vean a ese personaje sobre el escenario como un ser «divino» sin tener idea de lo que de verdad se oculta tras él. Sumado a una referencias bastante inteligentes de este mundillo de la música, DMC logra ser un producto sólido en términos argumentales.

El centro de esta historia el Soichi por excelencia. No esperen tener un desarrollo de otras historias o personajes dentro de la historia, pues es Soichi – Krauser quien tendrá la exclusividad durante cada minuto de esta serie… Y es algo que sobra y basta en tanto el mensaje y dirección de la historia recae en él como personaje y en su día a día combatiendo contra sí mismo. Ver este eterno conflicto de Soichi y su alter ego Krauser es el elemento sobre el que gira tanto la comedia del show como los pequeños mensaje y críticas que también este trata de mostrar ¡Y lo hacen bastante bien! Conjuntamente con este gran abanico de personajes secundarios : La chica de la que está enamorado pero que detesta al grupo DMC, sus compañeros de banda también bastante peculiares, el cerdo del capitalismo que los acompaña en el escenario, la productora loca y fan del metal que trata de sacar al «mejor Krauser» dentro de Soichi, los diferentes rivales musicales que salen en el camino o ¡SUS FANS! (Probablemente estos últimos sean mis secundarios favoritos); Soichi logra sacar lo mejor y peor de sí mismo cada segundo. No son personajes que te ofrezcan un elaborado discurso y una evolución inigualable, pero sí son personajes extraños que en conjunto sirven para sacarte varias carcajadas.

¡Los seiyuu de Souichi Negishi! ¡Dios Mío! Tanto Yuuji Ueda como Daisuke Kishio se han lucido en sus interpretaciones y se han ganado mi corazón. Si a sus expléndidas interpretaciones les sumamos aquella maestra jugada creativa de tener a ambos cantando los temas principales de este anime, contrastando a ambas personalidades del protagonista, me tienen completamente ganada. El OP, «Satsugai«, es interpretada por Yuuji Ueda (Krauser), quien da vida a uno de los temas musicales de la mítica banda «Detroit Metal City». Por otro lado, Daisuke Kishio canta «Amai Koibito» como ED, encarnando aquella canción de pop melódico que el amable Soichi Negishi siempre interpreta en las calles sin éxito alguno. Si bien no es que melódicamente ame ambas canciones, el concepto detrás de ellas me parece perfecto. Me encanta como ambos seiyuus dan vida a los diferentes alteregos del personaje principal y terminan cada uno encarnando ambas personalidades con interpretaciones de primer nivel. Creo que Yuuji Ueda es quien más me ha dejado boquiabierta, pues es un personaje que en vida me imaginé que encarnaría y lo logró con una nota sobresaliente. El OST tiene varios temas también interesantes, se esforzaron en traer toda la playlist de Detroit Metal City como para andar gritando «¡Krauser-sama!!»

Anime sólido en lo que plantea: Corto pero bastante bien elaborado Tiene una propuesta discursiva interesante (el conflicto de su protagonista, el cual mueve la serie y hace que se disfrute) y un planteamiento de mundo de lo más apelativo (este extraño mundo musical del metal, el cual tiene cautivo al «pobre» Soichi quien solo quiere cantar indie pop) La relación Soichi-Krauser es francamente divertida. El cómo logran retratar este conflicto a través de diferentes situaciones que le tocan vivir hacen del anime una gran opción. Solo queda gritar ¡Krauser-sama!

El humor es oscuro, vulgar e irreverente. En ocasiones es bastante gracioso, pero también hay algunas partes en los que puede pasar los límites de la suceptibilidad del espectador. Por ello el disfrute va a depender mucho del sentido de humor de uno y en el interés por el mundo planteado. Un punto de resistencia puede ser la animación y dirección. La verdad es que es bastante buena, en tanto es exactamente el manga llevado al anime y tiene una calidad A-1, pero de no lograr acostumbrarte a este formato entonces también puede resultar en un contra para algunos.