Reseña | Black Mirror S5

ADVERTENCIA: Esta entrada contendrá spoilers de la quinta temporada de la serie Black Mirror. Por favor, abstenerse de leer si no la has visto y simplemente no te afecta este hecho.

Black Mirror S5 y el cómo perder el rumbo

La quinta temporada de la famosa antología televisiva – Black Mirror – la cual retrata cómo la tecnología puede sacar a flote lo más oscuro y retorcido de la esencia humana, llegó este mes de junio 2019 a la plataforma Netflix. Con tres nuevos capítulos – Striking Vipers, Smithereens y Rachel, Jack y Ashley Too – y luego de brindarnos la novedosa propuesta del largometraje titulado Bandersnatch, finalmente se continuaba con nuevas propuestas que pudiesen sumar al exitoso concepto creado por Charlie Brooker.

Si tuviese que explicar qué me gusta tanto de esta serie sería su capacidad para exponer dilemas que me hacían reflexionar sobre cómo las nuevas tecnologías abrían caminos a posibles futuros – no tan descabellados – de la humanidad. El cómo la tecnología iba trastocando los cimientos de la sociedad humana, llevándola a situaciones que nos conflictuaban como espectadores, era el gran plus de la antología. Con altos y bajos, los episodios tenían siempre una premisa crítica y elementos que nos inducían a cierta reflexión no solo sobre rumbo o situaciones retorcidas que se nos hacía asombrosamente cercanas, sino también sobre nosotros mismos.

Siento que, poco a poco, esa premisa se ha ido difuminando, generando con esta entrega tres capítulos cuyas premisas terminan siendo bastante blandas. Pese a proporcionar entretenimiento decente y a tener una buena producción detrás, ningún capítulo llega a producir ese «fuego que incendiaba la pradera» que tanto llamaba la atención. Asimismo, la tecnología queda solo como un acompañamiento de tramas que podrían funcionar – por lo menos en dos de los tres capítulos – sin ellas. A continuación deseo hablar un poco de cada uno de los episodios:

✪ Striking Vipers

Striking Vipers es el episodio que abre la temporada. Siendo el título de un vídeo juego de realidad virtual que hace referencia a una versión paralela de Mortal Kombat, nos narra la aventura sexual de dos amigos dentro de un videojuego. En líneas generales, el capítulo nos muestra a dos personas insatisfechas con el curso monótono de sus vidas que encuentran en el mundo virtual un espacio para conectar y tener esa aventura que su vida actual no les proporcionaba. Por un lado, Daniel es un padre de familia quien tiene una vida común junto con su esposa, quien fue su novia de universidad. Realizar labores domésticas, realizar reuniones con otros padres de familia, tener sexo programado con el propósito de concebir otro niño, etc.; son situaciones que se nos muestran esa peligrosa monotonía que puede instalarse en la vida matrimonial. Monotonía que algunas personas pueden abrazar, pero que en varios otros casos lleva al hartazgo y a la búsqueda – consciente o inconscientemente – de una fuga.

Por otro lado, encontramos a Karl, el mejor amigo de Daniel en sus épocas universitarias. Un hombre soltero pero mujeriego que, pese a fanfarronear de tener novias jóvenes y salidas constantes a antros, no encuentra a una persona que, aparte de sexo, logre conectar con él. Su actual pareja tiene 20 años menos que él y, aparte de tener una relación sexual, la brecha generacional no les permitía tener una conversación o algún tipo de sintonía. De esta manera, un día, ambos amigos se encuentran en este juego de realidad virtual y, luego de algunos primeros incidentes algo incómodos para ambos, esta relación virtual desemboca en una apasionante aventura sexual entre sus personajes de virtuales (Roxette y Lance).

Black Mirror ya nos había proporcionado algunos episodios que tenían a los avances en de los videojuegos asociados a la realidad virtual, como propuesta de cuestionamiento. Por un lado, Playtesting nos ponía a cuestionar la ética detrás de cómo compañías de videojuegos testean con seres humanos sus juegos para hacerlos más reales. Asimismo, se nos plantea cómo, esta industria empieza a hacer desaparecer la delgada línea entre realidad y la ficción haciéndonos preguntarnos ¿Cuál es realmente el límite? Por otro lado, USS Callister nos mostraba cómo un programador de videojuegos tomaba, sin su consentimiento, ADN de sus compañeros de oficina para así clonarlos artificialmente dentro de un videojuego donde eran tratados como meros esclavos de sus caprichos. En este capítulo, nos encontramos con una crítica a prototipo de usuario, que ante su fracaso en sociedad, termina volcando todas sus frustraciones en los videojuegos. Asimismo, la moralidad detrás de crear IA en base a seres humanos y, en la realidad virtual, esclavizarlos ¿Es esto ético? ¿Qué tanto derecho tienen la IA en estos contextos?

Si bien Striking Vipers resulta entretenido y nos habla sobre temas como la fidelidad dentro del matrimonio, pareciese otro relato de adulterio pero en un contexto más futurista. Existen algunas preguntas que  sí pueden saltar a la luz, como por ejemplo, ¿Es realmente infidelidad si estás teniendo relaciones sexuales en una realidad virtual y con el avatar femenino de tu amigo? ¿Es realmente amor lo que sienten Daniel y Karl, o es un amor por el alterego virtual de su amigo? Más allá de ello, no hay grandes cuestionamientos que nos tengan reflexionado. El combate por impedir que un matrimonio se vuelva monótono y aquello pueda producir en algún miembro de la dupla insatisfacción, lo que conlleve a la búsqueda de emoción fuera del matrimonio, es un tema que tiene años de ser retratado. Lo que hace este episodio es simplemente mostrarnos cómo una nueva tecnología puede proporcionar otros espacios para que esta pueda llevarse a cabo más no encuentro una gran crítica social que impacte. Fin. 2.5 ★

✪ Smithereens

El segundo capítulo, Smithereens, nos narra la historia de Cris, un taxista con un triste pasado que lo llevará a secuestrar a un empleado de la empresa Smithereens. Pronto nos enteraremos que la principal demanda de Cris para soltar a su víctima es es tener una conversación telefónica con el CEO de la empresa Smithereens, Billy Bauer. Con la policía rodeándolo y algunas cabezas de la empresa informadas de la situación, la trama continua por algún tiempo hasta mostrarnos la ansiada conversación telefónica entre ambos. ¿Por qué Cris quiere hablar con Bauer? La revelación de por qué Cris, un hombre común, había sido trastocado a punto de arruinar su vida siendo protagonista de un secuestro es la siguiente: Por culpa de una notificación de la red social manejada por la empresa (Un twitter paralelo) deja de ver por unos segundos la carretera, ocasionando un accidente automovilístico donde su prometida pierde la vida. Hablar con el CEO de la empresa para hacerle notar la alta dependencia que producen las redes sociales y cómo ello puede producir tragedias en la realidad, es el objetivo de Cris y del capítulo.

Nosedive es otro capítulo que critica la dependencia a las redes sociales, desde un futuro donde la calificación que dé la gente a tu perfil determina tu estatus en la sociedad. En este episodio, Black Mirror logra sacar adelante todo lo que amo de la serie. Plantear una distopia que ataca a las taras de la sociedad actual de una manera original y entretenida; haciéndose no solo entretenida, sino bastante provocadora. Smithereens también plantea el problema de la dependencia de las redes sociales pero sin recurrir a elementos de ciencia ficción. De esta manera, se saca adelante un un capítulo que critica la actualidad y nos lo empaca en una historia de suspenso y acción.

Si hay un elemento que tengo que rescatar es la tremenda actuación que nos brinda Andrew Scott. Él es la razón de por qué este capítulo logró realmente meterme de lleno en el drama que se nos narra. No obstante, la revelación no impacta tanto y pareciese realmente ser un gran comercial a un «No uses tu celular mientras conduces». No me parece un capítulo memorable, aunque dentro de todo, sí toca un problema sobre la tecnología que vale la pena resaltar. Me hubiese gustado, por el contrario, que se desarrollara mejor la subtrama de la madre trastocada por el suicidio de su hija y el intento por entrar a sus redes sociales y descubrir por qué se suicidó. Pero en fin. 3/5 ★

✪ Rachel, Jack and Ashley Too

Finalmente, el episodio de  «Rachel, Jack and Ashley Too» cierra esta temporada como el episodio donde veremos a Miley Cyrus interpretando un rol protagónico. Rachel es una quinceañera que se ha mudado a una nueva ciudad, que es la nueva en el colegio, y que – por ende – no ha logrado tener todavía amigos. Con la muerte de su madre dos años atrás, tiene que convivir con una hermana mayor que ha cambiado y con la que se lleva mal, así como con un padre que solo le importa su trabajo. No obstante, si hay algo que parece alegrar sus días es Ashley O, una cantante pop que se vende al público como un rol positivo para los jóvenes, y de la cual Rachel es fan.

Como nueva merchandising, la diva pop lanza un nuevo producto llamado Ashley Too, un pequeño robot que dice haber «clonado» en sí la misma personalidad de la cantante, dando la posibilidad a sus fans de poder tener a la misma Ashley como una amiga de tocador. Evidentemente, Rachel pedirá a su padre que le regale esta muñeca, cumpliendo este su deseo. Pronto desarrollará una relación de amistad con su nueva amiga. ¿Cuál es el principal conflicto de la historia? Uno pensaría que sería algo relacionado con esta muñeca y la dependencia que podría crear Rachel con ella dada su situación de vulnerabilidad…pero no.

Pronto descubriremos que Ashley no es la chica pop y rosa que sale en televisión. Ella quiere cantar canciones más melancólicas y vibrantes, que expresen su ira y dolor interno. Desea además cambiar de look, de género musical y ser ella misma; no obstante, su tía y manager la obligan a seguir interpretando un papel que le proporciona dinero: La estrella pop típica cuyo público son los niños y adolescentes. Al tratar de rebelarse, la tía terminará por tramar un plan para mantener a Ashley en un coma inducido y, a su vez, a través de una nueva tecnología, seguir sacando canciones del inconsciente de Ashley y desarrollar hologramas que la remplacen en los escenarios. Lo que no se esperaba era que la muñeca de Rachel, luego de ser formateada por su hermana, logrará activar la verdadera personalidad de Ashley, Esta, al enterarse de la situación de la Ashley humana, rebelará a las chicas su real drama y las convencerá de ayudarla a recuperar la libertad.

La historia está bien producida y la actuación de Miley es bueno. El problema es que realmente pareciese una historia Disney futurista. Una tía malvada que fuerza a un su sobrina – una cantabte pop – a fingir ser algo que no es por dinero. Y, al no lograrlo, idear un plan malvado para matarla y remplazarla por IA. Un compañero mono que, junto con dos chicas adolescentes, se van a rescatarla antes de que el malvado plan de la tía se cumpla. Como capítulo palomitero cumple pero termina no planteando grandes dilemas. Y esto me parece decepcionante porque es justamente lo que Black Mirror proponía en un inicio.

Esta temporada, por ejemplo, estoy viendo Carole & Tuesday, un anime que toca un tema sobre cómo la tecnología podría afectar la forma en la que se piensa en la música en la sociedad: Cómo la música ha sido controlado por el IA, dejando de lado la creatividad y sentimiento humano. El rumbo de dos adolescentes por crear música, alejadas de esta producción musical en masa y que solo pueden adquirir aquellos que tienen dinero para convertirse en estrellas, me parece un concepto brillante. Finalmente, el camino de estas chicas terminará haciendo que esta la sociedad se reencuentre con un tipo de música que transpira «humanidad» y se vuelva a enamorar de lo que realmente es la música. Actualmente, vemos cómo grandes productoras crean canciones repetitivas y que pareciesen producidas en masa y que dan a artistas para que las reproduzcan. Los cantantes compositores son cada día menos comunes y la música pareciese ir perdiendo cierta calidad humana ¿Qué pasaría si, en un futuro, la creación de la música fuese dejada en manos del IA? <- Este sí que es un concepto interesante y que, tomado desde otras perspectivas podría encajar perfectamente en Black Mirror..más que sus actuales estrenos.

El tercer capítulo de esta temporada de Black Mirror no deja en mi esta clase de interrogantes ni desarrolla una historia que nos haga replantearnos comportamientos actuales, los cuales si no logramos controlar podrían terminar en un futuro distópico. Nuevamente, la trama utiliza la tecnología como una herramienta para contar una historia palomitera que podría funcionar sin este elemento sci-fi. El rumbo se ha perdido. 2/5 ★

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