Kamisama Hajimemashita

Nanami Momozono se encuentra sola y sin hogar después de que su padre huyera de la ciudad por sus deudas obtenidas gracias a su obsesión a las apuestas. Esto ocasiona que los recolectores de deudas echen a Nanami de su departamento. Es así que después que un extraño hombre la salvara su vida y le ofreciera su hogar, ella aceptará la gran oportunidad sin pensarlo dos veces. Sin embargo, resulta que aquel lugar no es más que un templo en medio del bosque, y sin imaginárselo, Nanami habría aceptado convertirse en la nueva deidad local.

• Tipo: Serie
• Año: 2012
• Episodios: 13
• Estudio: TMS Entertainment
• Origen: Manga
• Demografía: Shoujo
• Géneros: Comedia, Demonios, Fantasía, Supernatural.
• Rating: PG-13

Kamisama Hajimemashita es el anime shoujo correcto en la gran mayoría de los aspectos. Cumple a la perfección con las reglas naturales de las comedias románticas que involucran a un humano y un demonio, de tal manera que el número de críticas que puedes hacerle son pocas. Y es que, aceptémoslo, es correctísimo. Desde esa tonta canción de OP que terminé tarareando en la ducha por las mañanas, hasta lo super cliché de cada una de las escenas, este anime se plantó firmemente en la tierra fértil del shoujo contemporáneo. Porque, vaya, conforme iba avanzando, KH se convirtió en ese «Awwww, que lindos«, eso que los shoujos esperan ser para una persona sin corazón como yo. Escenas de comedia precisas, personajes secundarios adecuados, pareja con escenas rosas puntuales. Mis ovarios fueron felices, adecuadamente felices.

Sin embargo, lo que pasa con KH es que se queda en este nivel de lo correcto sin llegar a sobrepasar esa línea que podría hacerlo un excelente shoujo. Por que, y en mi caso como lectora del manga desde prácticamente sus inicios, la historia daba para más. Daba para muchísimo más. Y, aunque el final ficticio del anime ha sido bueno, te sigue dejando con preguntas en la cabeza y con la sensación amarga de que faltaron tal vez más capítulos o escenas que concretaran mejor a los personajes y que hicieran del anime algo memorable. Finalmente el anime te deja con ese sentimiento de «Aish, que lindo es esto…bueno, sigamos con mi vida».

La animación de esta serie tiene esos colores pasteles pálidos y ese diseño con bishounens que rozan con lo adrógeno que combina bien con esta clase de historias shoujo. Y es que no creo que haya tenido fallo alguno en tanto a animación a lo largo de sus 13 episodios. La escenografía era adecuada, los colores apropiados, el estilo calzaba con lo establecido. Y a pesar que esperé que cuando Tomoe entrara en una escena de acción sus ataques fueran más que un intento de llama azul, me dije: «Bah, es un shoujo, no Dragon Ball, déjate de lloriqueos». Y si bien la animación no me gustó desde un comienzo, el ojo se acostumbra, pues admito que no es para nada mala. Sin olvidar lo estremadamente #cutiepye que hicieron a Mizuki, Dios, eso fue fanservice del bueno.

Padre incompetente + Humana que adquiere poderes divinos + Demonio sexy que tiene que servirla = Shoujo clásico. Y es que esta historia es conocida, es uno de los pilares de las historias de romance, y no solo japonesas. Especialmente si el demonio toma el lema «Odio a los humanos» Es aquí donde todos sabemos que por las circunstancias de la vida, este demonio discriminador va a terminar inevitablemente sucumbiendo ante los encantos de la protagonista, que ¡oh maravillas!…es humana.

Y claro que Kamisama Hajimemashita cumple hasta con el típico cliché de mostrarnos al antigua amor, para variar, humano del Yokai. Relación tabú que lo llevará a sufrir. Pero lo cumple muy bien, tanto que a pesar de que ya sabes que diantres va a pasar en el episodio, te entretiene y te hace tener una sonrisa tonta mientras ves como Nanami y Tomoe tiene una escena «Aww». Y es que es correcta en lo que hace y plantea, logrando ser un buen shoujo para poder ver en nuestros ratos de ocio. Con una dosis de romance, comedia y elementos mágicos – fantasiosos, que puedan hacer a un fan del género sentirse #dokidoki.

Y si tuviera que confesar algo: El anime me dejó más encantada de la historia entre el Tomoe Youkai con Yukiji, que la historia entre los protagonistas. Esto no me pasó con el manga, pero en el anime, cuanto me hubiese gustado cambiar universos narrativos. Ese amor tormentoso de épocas antiguas japonesas….manjar para mis ojos.

Bien, Nanami no me agradó tanto como los otros personajes. Y es que es bien difícil que yo admita un gusto por la protagonista de un shoujo, así que no se preocupen, es cosa mía. Tomoe fue estupendo, Mizuki hilarante y Kurama, por más que al comienzo me pareciera más una parodia de los ídolos coreanos que tanto alboroto han causado últimamente, llegó a agradarme y hacerme pasar buenos ratos. Sin embargo, ¿Personaje para recordar? No encuentro ninguno. Tomoe me encantó, sí, pero es un tipo de personaje que voy a poder encontrar en tanto sigan existiendo animes con un un protagonista medio tsundere.

Yo odiaba la canción del OP, no saben cuanto me traumó la primera vez que la oí. Pero solo Kami sabe cómo diablos esta logró implantarse en mi cerebro de una manera tan pegajosa que lo jodió totalmente. ESTA canción sí que no se puede escuchar sin que termines tararéandola como estúpido. Y eso es de por sí un logro enorme. Consideré ponerle un 8 a la música, porque el soundtrack es hermoso, pero las voces de esos pequeños demonios lograron crisparme los nervios SIEMPRE. Y la del narrador, pfff, daba ganas de matarlo. A parte de eso, retiro lo dicho sobre el Tachibana Shinnosuke, el seiyuu de Tomoe. Al final terminó convenciéndome.