Wolf Children es una película sobre la familia, especialmente sobre la naturaleza del amor materno, y esa es una temática que no es muy tocada como eje centrar de una trama. En la dirección de Hosoda Mamoru, el mismo director que nos trajo Summer Wars o Toki wo Kakeru Shoujo, y de la mano nuevamente de Madhouse, esta obra no hace más contarnos una historia con tintes fantásticos pero con esa esencia tan slice of life tan característico de las obras de este director, la cual no deja de contener un mensaje profundo de la naturaleza humana. La película no solo es «una película de hombres lobos», pues si bien este es el elemento que salta a la vista y llama la atención de la mayoría, no es el centro de la película y eso es algo que debemos tener en cuenta. La película es una cálida historia que te permite ver a LA FAMILIA como eje que mueve y alimenta las entrañas de esta obra. «Los niños lobo» es  más que nada la historia de Hana, la historia de una madre que lo dio todo para el bien de sus hijos, el sacrificio de una madre que lo dará todo para que cada uno de sus hijos encuentre un camino en la vida que lo haga feliz, sin importar que este camino le duela.

Esta es probablemente mi película favorita del director, que ya se consagra como un ícono que hará que su sola mención en el staff de una obra haga que yo vaya corriendo como una loca desquiciada a obtener mi dosis de buena trama. La animación se lució en esta película, cosa que no he solido destacar de sus anteriores obras, cada escena es hermosa, llena de tanta calidez y sentimiento que es imposible no sentirla [La escena de la nieve, HERMOSA, tanto que debe ser mencionada en esta entrada] y la música acogedora, logra acompañar la narración de tal manera que la hacen una entre sólida. Sin embargo, el núcleo de la historia, como en todas las historias de este director, es el punto más hermoso y lo que hace de sus obras tan recomendadas. Si bien no es perfecta, por algunos pequeños detalles que mencionaré más adelante, sí es una buena película para ver una tarde de ocio. Es un disfrute asegurado para una tarde tranquila [en familia] en la que queramos una puesta entrañable y sólida por donde se le vea .

He quedado gratamente satisfecha con la animación, especialmente con la hermosa escenografía que se logra especialmente en los fondos de la zona rural en donde nuestros protagonistas empezarán su nueva vida.  Creo que esa es la principal herramienta que hace que esta película reluzca, son las hermosas escenas que logran un ritmo fluido y perfecto de animación que hacen de este apartado el mejor dentro de las obras de Hosoda. Creo que no es exactamente homogénea, y que no destaca en las partes en que el background no es la estrella, especialmente porque si bien la simpleza del diseño de personajes distingue la línea de animación de las películas, no destacan especialmente por ello dentro de este apartado. Sin embargo, nada de esto hace que no reconozca la buena dupla que hacen Madhouse y el equipo dirigido por Hosoda Mamoru para lograr capturar la vista del espectador.

Hay tres partes en esta historias: La conformación de la relación de Hana con el padre de los niños, los problemas que tiene para criar a unos niños tan particulares sola y en un lugar que no los ayuda a crecer como individuos libres, y su asentamiento en un área rural que traerá  consigo la búsqueda personal de cada uno de ellos para encontrar un camino en esta vida. Y así se conforma la historia de Hana, en la búsqueda por lo mejor para sus hijos, en una travesía difícil pero que siempre tomará con una sonrisa y con más determinación envidiable.  Es una historia encantadora y potente, de la cual me llevo mucho, especialmente el deseo materno por el bienestar de un hijo, en particular en la búsqueda de los hijos por encontrar su propio destino, un camino que los haga feliz a ellos, cosa que una madre acepta pese a que muchas de las decisiones de estos la hagan a ella misma sufrir.  Hubiera deseado un cierre más potente, más conclusivo, pero dentro de todo me gustó.

La estrella de la película es definitivamente Hana, es después de todo su historia, su crecimiento como mujer y madre,  y todas las pruebas que tiene que pasar para lograr que sus dos hijos puedan vivir en un mundo que probablemente no los acepte debido a su naturaleza, lo que hace de Hana un personaje con el que nos encariñaremos inevitablemente.  Yuki y Ame no se quedan atrás, son después de todo sus historias personales, cómo cada uno tima su naturaleza y cómo encuentran sus caminos en este mundo, las que hacen rica a la trama y que logra involucrarnos con cada uno de ellos. Cada uno de los tres tiene sus propios problemas y las historias diferentes que tienen muestra también el cómo cada uno enfrenta sus situaciones de diferente formas, sus miedos, gustos y la manera en la que quieren vivir su vida. Los personajes secundarios son también agradables, pero siento que en cierto punto son olvidados y dejados totalmente de lado, centrándonos en estos tres protagonistas y haciendo que el reparto no sea un elemento sustancioso.

 La música ha sabido como matizar cada parte en la película de tal manera que la fluidez de la trama nunca se perdió. Conjuntamente con la narrativa y la animación, el apartado musical logra hacer de cada escena una pieza sólida y memorable. La canción principal de la película es «Okaa-san no Uta (おかあさんの唄)» de Ann Sally, y es una pieza bonita y que encaja con la atmósfera en la que se enmarca esta obra. Finalmente, los seiyuus lograron un buen nivel, pese a que el cast de voces no tiene muchos papeles en su repertorio.