• Tipo: TV
• Episodios: 25 + 13
• Año: 2007- 2010
• Estudio: A-1 Pictures
• Origen: Manga
• Demografía: Shounen
• Géneros: Comedia, Deporte
• Rating: PG-13

Ookiku Furikabutte, o mejor conocido como su nombre corto, Oofuri, cayó en mis manos inexplicablemente. Quería ver un spokon bueno y MAL pareció conspirar para que este anime llamara mi atención ipso facto, ignorando cualquier otra recomendación en mi larga lista de pendientes. Y pese a mi casi ignorancia del baseball, caí en un tipo de spokon al que no estaba acostumbrada. Un spokon más orientado a un slice of life #soft que a un spokon donde los jugadores sudan rudeza, movimientos inhumanos y shounen-sidad. Oofuri nos cuenta una historia simple, donde la conformación y consolidación de un equipo son lo que le da riqueza a un anime. A-1 Pictures logra adaptar un bonito anime, donde la superación personal se da a través del deporte, especialmente a través de la interacción de los diferentes personajes que conforman un recién conformado equipo de baseball de Nishiura.

Pues a pesar de ver baseball “sin efectos especiales” logré emocionarme con muchos de sus partidos, disfrutando de la superación que cada uno de los miembros del equipo lograron con mucho esfuerzo y duro entrenamiento. No entrenamientos irreales en se escalaban montañas más altas que el Everest usando solo un brazo, o donde un maestro te enseñaba una técnica secreta sorprendente e inexistente, sino entrenamiento de prácticas repetitivas y adquisición de resistencia a la vieja escuela. Con tácticas sacadas de ver partidos en videos, donde el esfuerzo muchas veces no era suficiente, y donde los padres no tenían un rol dramáticamente irreal. Un anime real que logró cautivarme con mostrarme a estudiantes de quince años normales, entrenando normalmente y con mucho esfuerzo, logrando resultados notables y sanando heridas gracias al trabajo en equipo.

Mentiría al decirles que recomiendo que todos lo viesen, pues debo dar algunas advertencias previas ante TRES de factores peligrosos. En primer lugar, el anime es muchas veces “lento”, en el sentido que no hay acción acelera corazones que puedan hacer a los amantes del spokon aguerrido orgasmear como están acostumbrados. Oofuri es más que nada un Slice- of Life que va a un ritmo real, lento y sin grandes giros argumentales. No esperen acción, sudor, sangre y lágrimas por parte de este anime, más bien realidad asombrosa que puede hacerte disfrutar un partido de baseball totalmente humano. En segundo lugar, Mihashi – nuestro protagonista- puede ser un factor que ahuyente a  varios espectadores por su personalidad llena de complejos que lo hace ser desesperante varias veces. El chico va a mejorar, MUCHO, conforme avance la serie, pero nunca se esperen nada extremo de él. Finalmente, Oofuri tiene bromance a montones, y si eso te molesta te recomiendo que no lo veas. No es shounen-ai, se los puedo jurar por el honor del blog, pese a lo que varios puedan pensar o decir. Pero tampoco voy a negar que hay escenas (especialmente en el famoso episodio 3) que puede dar para diferentes interpretaciones entra la relación entre nuestro pitcher y cátcher. Aunque solo si lo quieres pensar, pues juro que no hay nada concreto que haga de esto nada canon, pero no me sorprende el número de fujoshis que pueden hacer de Oofuri un anime explotable en este aspecto.

Oofuri fue la primera serie que A-1 Pictures produjo (Zenmai Zamurai  fue una co-producción  con No. Side) y he de admitir que he quedado gratamente sorprendida al tener una gran calidad para ser no solo una serie de comienzos del dos mil siete, sino una serie de un estudio nuevo en el medio (ahora conocido, pero en aquellas épocas inédito). Lo que ha logrado A-1 Pictures con Oofuri es realidad, realidad de un spokon que no se destaca para nada por movimientos inhumanos y técnicas con nombres largos y épicos, sino por un trabajo en equipo espectacular. Si bien con respecto al diseño de personajes no fueran los más originales y detallados, no voy a ignorar lo enamorada que quedé de varios de los #NishiuraBoys o con las fabulosas caras de nuestro protagonista.  El estilo si bien no te ciega por su calidad y detalle, si dejó a mis ojos con una sensación placentera gracias lo lindo de su diseño y de su paleta de colores.

La premisa es simple y sencilla, pero es justamente en esa sencillez que este anime termina brindándonos una historia hermosa y disfrutable. Ren Mihashi, un chico con graves (repito, GRAVES) problemas de autoestima, “sin querer queriendo”, terminará siendo el pitcher del recién conformado equipo de la secundaria Nishiura. Gracias a este hecho el pobre podrá poco a poco ir desarrollándose como persona, volviendo a ganar la confianza que perdió en sus años de escuela media. Y si bien Mihashi a primera vista parece ser el protagonista, no hay que olvidar mencionar que lo remarcable de este anime son cada uno de los #NishiuraBoys. La historia se centrará no solo en el desarrollo de nuestro pitcher y cátcher, y su relación para ser la batería perfecta. TODO el equipo en conjunto y su evolución-consolidación es el núcleo de este anime. Lo que lo hace especial y sumamente memorable, pese a no ser un spokon promedio, teniendo al slice of life y realismo como principal arma para encantar nuestros corazones.

Como venía diciendo, son los personajes la clave de este anime. Y tal vez más que los personajes, es la interacción entre estos y la conformación del equipo de baseball lo que hace rico a este anime. El equipo de baseball de Nishiura comienza siendo un equipo sumamente disfuncional y sin gracia. Comenzando por nuestro protagonista, Mihashi Ren, cuya debilidad y complejos son tan grandes que puede llegar a ser un personaje que quieras estrangular al primer minuto. A esto se suma Abe Takaya, un cátcher con sus propios complejos y prejuicios con lo cátcher, además de un carácter de los mil demonios. A ellos le sumamos a Hanai, que deja la primera impresión fatal con su sexismo; Tajima con su perfección digna de todo personaje shounen estereotipo; Suyama, Oki, Mizutani , Izumi (etc.) quienes a primer vista parecen ser simplemente extras sin gracia;  o Momoi, la entrenadora misteriosa, con grandes dotes femeninos y un gran conocimiento del deporte.

Sin embargo, es en esta diversidad tan real en un grupo de recién conocidos lo que hace memorable su evolución para consolidarse no solo como amigos, sino como un equipo. Debo admitir que Mihashi comenzó siendo todo lo que odio de un personaje (cobarde, débil, desesperante) para terminar siendo un personaje sumamente querido por mí. Sentí su superación gracias a sus nuevos compañeros, su amor por el baseball y el manejo de sus miedos. Todo el equipo tan disfuncional, cada uno de ellos, logró ser notado por mí #sempainoticeme, teniendo un papel importante dentro de uno de los mejores equipos que he visto. No habrá un as que impresione con habilidades sobrehumanas, no habrá acción desbordante y movimientos irreales, o un romance que inspire a los protagonistas. Y sin embargo, vibré con la realidad del juego que se muestra en Ookifuri de la mejor manera, aprendiendo mucho del baseball como deporte y viendo el esfuerzo no de algunos individuos, sino de un equipo en su totalidad.

PD: Mención especial a las madres de los jugadores, que fueron uno de los mejores añadidos en la historia del deporte en la escuela. Porque son padres reales apoyando a sus hijos de solo 15 años en los partidos de baseball más reales que he visto en un spokon.